martes, 3 de enero de 2012

Cómo hacer un bajo eléctrico 4 - Montaje, pasos básicos

English version abajo


DESCARGAR PLANOS


Bien, ya tenemos nuestros trozos de madera. Tenemos el diseño realizado. Ahora sólo queda la parte más difícil: montarlo todo. (y estoy hablando sólo de la madera)

El buen arte del Corta y Pega, que nada tiene que ver con nuestras numerosas tesis universitarias, cobra todo su sentido. Básicamente, la diferencia entre un trozo de madera y un bajo eléctrico no es su sonido, ni su sustain, ni su capacidad de ser tocado... no. Su diferencia básicamente radica en su aspecto.
Lo importante es que cuando algún ser humano lo observe sepa a ciencia cierta que se trata de un instrumento musical. Por supuesto, no seremos tan ambiciosos de esperar que la gente sepa que se trata de un bajo, y no de “una guitarra con menos cuerdas”.

Desde este foro saludamos a la asociación de rubias no imbéciles que condescendientemente informan que “el bajo es una parte muy importante de la música porque pone la base al conjunto”. Las saludamos y las pedimos que no malgasten  sus neuronas en temas tan triviales como la música. Que presten más atención a no quemarse el pelo con la plancha.

El bajo en estado larva
Sinceramente, este trabajo lo dejé en manos de los profesionales. No tanto por el problema de cortar los trozos necesarios de madera, en la forma requerida, sino por su cepillado. Para pegar distintos trozos de madera con cola es indispensable que las caras a pegar sean perfectamente planas. Pueden tener huecos, pero en ningún caso deben dejar de ser planas. Y para esto, un cepillo manual no sé si puede ser recomendable. Es por ello que me encomendé a profesionales con instrumental quirúrgico de alta gama, mis tíos: los nogales.

Hicieron un brillante trabajo con un acabado tosco, como podéis ver en la imagen. Me obsesionaba la idea de pasarme y cortar de más, ese es el motivo de una finalización tan tosca (los nogales lo habrían hecho mucho mejor si les hubiera dejado trabajar tranquilos).
El siguiente paso es darle un poco la forma redonda original. Tras mucho pensar y buscar fresas especiales que coincidieran con la forma deseada, desistí. Descubrí porqué los presos sueñan con limas: la lima, combinada con una paciencia espartana, puede liberar al preso, o simplemente, ayudarte en formar tu maravilloso bajo.
Yo limando en modo épico

Otro de los mejores instrumentos de precisión que he encontrado fue el ojímetro. (no confundir con un ojete metro)

Aquí cometí un buen error. Realicé una canaladura a lo largo del mástil y alojé el alma. El alma lo alojé al revés, según el fabricante el único problema es que tendré que realizar los ajustes en dirección contraria. Luego pequé el diapasón, y no sé si estaba mal medido o colocado al revés, pero lo cierto es que quedó un poco pequeño en la parte del cuerpo, de manera que las cuerdas llegan a quedar fuera en el tramo más cercano a la pastilla. Una cagada épica. Pero bueno, afortunadamente no soy de los que tocan mucho en la parte aguda.
Las líneas rojas indican el tamaño correcto del diapasón. Las flechas indican el error :(

En cuanto al mástil, la cosa se pone más complicada. El mástil es una parte fundamental del bajo, puesto que requiere unas medidas adecuadas para que sea cómodo a la hora de tocar. Una opción es ir rebajando hasta notar que es cómodo y que no sea una aberración al compararse con otros bajos. El problema es que no podemos probarlo continuamente con las cuerdas puestas, de modo que ir rebajando y probando puede llevar a error.
Limando un extremo del mástil.

Mi solución fue hacer dos moldes negativos de madera que me guiaron para hacer la forma del mástil en sus dos extremos. Luego es cuestión de ir rebajando todo el tramo de mástil entre los extremos moldeados hasta que quede uniforme. Aquí sí entra el ojímetro de nuevo combinándolo con una regla para ver la rectitud del mástil, y pasar la mano para encontrar irregularidades (que se notan).
De hecho este trabajo lo hice en dos ocasiones.

La primera vez me quedó enormemente grueso, debido a un mal cálculo de cuándo me toparía con el hueco del alma. Tras volver a calcularlo y armado de alcohol valor, le pasé la fresadora y vuelta a empezar: molde negativo de madera en cada extremo y a rebajar el centro.

Corte chapuza para ver si encontraba 
o no el alma. (por suerte no lo encontré)
Fresando el mástil. Con un par.







































Cuidado con cortar de más siempre
recordar que hay una zanja a lo largo del cuello!


--------------------------------------------------------------------------------------------------


DOWNLOAD PLANS


In heretic:


Ok, we have the design and the wood. This is time to put all the pieces together. This means basically cutting, planing and sanding the wood perfectly accurate. Any mistake in this procedure will provoke, beyond any doubt, that parts will not glue properly. Consequently, instead of a bass guitar, we would have an eccentric Jenga.

This motive drove me to have this fixed at my uncle’s workshop, where they have both accurate machinery and experience in this business.

The picture shows what was born at that workshop, so long ago, a rough version of the design.
First stage with Adihash sponsor


That roughness was due to my stressing obsession with cutting too much and not having the rewind button. Had I left them alone, they would have given me a much more finished work. But we all tend to dramatize in these matters as if we were mad dressmakers. Anyway, from then on it was all on my own (and on my father’s) and that was a very good point to start from.


The following step is to sand it into the desired shape, to convert that sharp and angular piece of wood into a blunt one. Feel free to combine saw and file. Both are useful and easy tools. But I highly recommend that you be careful with the file, I cut myself more times and deeper with the file. Its peril resides in its non-dangerous appearance. Time, sweat and always-falling-spectacles are all you need to fix this part.



After this point, I made a double epic mistake... First, I set the truss rod upside-down, so now it works the other way around it should. Not a big deal though, but: the second part of the mistake is still to be unearthed. The fingerboard was not the exact desired size. After measuring in inches, meters, cucumbers... anything, something was still wrong. Look at the picture and see how the fingerboard was supposed to be (red lines) and how it sadly was shaped. Assuming this fact, playing high solos is no longer advisable.



Filing one bass' end.
Shaping the neck is another step we need to deal with. After a few attempts of how to approach this had encountered only failure, the best and simplest tactic I came up with was: first, shape just the two ends of the neck using two negative moulds or models. Second, file all the neck in between until there is no irregularity and it feels plane. Some people would prefer a wood-plane, but I find it very hard to handle and too tiring. Third, sand it...



Touch the neck, tap it, stroke it and check whether it is plane, soft and puchatek enough. Also, try to compare it with other basses and of course, measure its thickness. You do not really want to finish your job just to find out that there is a thickness in excess of 2 cm. (yes, that happened to me).



Be careful with the truss rod trench depth. Calculate how depth it is, because if you happen to file too much, you might come across that trench and that would mean an embarrassing hole on the neck. You would have done one of the most tremendous mistakes in luthiery.


And that is all for now... see you in the upcoming sermon!